MISTERI D'ELX

 ARCHIVO FOTOGRÁFICO: MARÍA ÁNGELES SÁNCHEZ GÓMEZ 















VÍDEOS DE LA FESTA. MISTERI D'ELX  EN:

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FESTA D'ELX. MIRADAS.

Nos hemos visto, mirado, conocido y reconocido a lo largo de casi cincuenta años. Mis primeras fotografías de la Festa datan de los setenta del pasado siglo.

Durante mucho tiempo trabajé desde el anonimato más absoluto. Después, desde la complicidad. Y la acogida.

Mi primera exposición, "El Misteri d'Elx. La historia mejor contada", de 1994, supuso un punto de inflexión.

Y siempre, por mi parte, desde el respeto, la fascinación, la defensa, el amor.

En el templo, en la calle, en el cielo, debajo del cadafal, en todos los escenarios posibles de una Festa que vivimos -ellos, nosotros, yo- con una intensidad que pone el Misteri y la Maredéu por encima de todo.

Como no puede ser de otra manera.

María Ángeles Sánchez



MISTERI D'ELX 




ABANICOS MISTERI D'ELX 



ENTREVISTA EN LA CADENA SER. MISTERI D'ELX 



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MONTAJE DEL CIELO. MISTERI D'ELX. 1995

Solían hacerlo "en pasar Sant Jaume" (25 de julio). En cualquier caso, en la segunda quincena del mes.

Durante varios días, la cuadrilla de la tramoya alta se dedica a la ardua tarea del montaje del Cel de la Festa. 

Es un trabajo que siempre me ha fascinado. Complejo y apasionante.

Todo un entramado de vigas, clavos, maromas, maromillos, trócola, cabria, cáncamos, cuñas, postes... (la fuerza de las palabras), que culmina con el emocionante alzado de la lona, pintada de nubes y ángeles, que cubre el anillo toral de la cúpula de la basílica. El cielo y la tierra. La magia de la Festa.

En 1995 tuve el privilegio de compartir todas las horas del montaje, a lo largo de todos los días.

Los curtidos hombres de la cuadrilla encabezada por Vicente Quiles y su segundo de a bordo, Francisco Rodenas, miraban con curiosidad a esa chica que, cargada de cámaras, subía con ellos casi de madrugada por el caragolillo; pero, también, con algo de displicencia. "¿Qué hace esta mujer aquí?", pensaron la primera jornada.

Ellos estaban concentrados en su tarea; yo, en la mía: fotografiar y anotarlo todo.

Hasta que la segunda mañana, cuando pararon a reponer fuerzas, me preguntaron: "Xe, xiqueta, vols esmorsar?". Dije que sí, claro; entusiasmada y agradecida. Y hasta hoy.

En el terrado de Santa María he vivido algunas de las más entrañables anécdotas y algunas de las mayores emociones de mi larga historia de amor con el Misteri.

Y he sido testigo y cómplice de las suyas.

María Ángeles Sánchez





PROVA DE VEUS DEL MISTERI D'ELX. 6 DE AGOSTO, 1994.

Están emocionados. Y no sabría decir si inquietos.

Porque los niños de la Festa muestran en todo momento un temple extraordinario. Empezando por la propia representación, parte importante de cuya responsabilidad recae sobre sus hombros.

En la tarde del 6 de agosto el salón de sesiones del Ayuntamiento de Elche acoge la Prova de Veus (Prueba de Voces), acto protocolario en el que el Mestre de Capella presenta a la aprobación de la municipalidad y de la Junta Rectora del Patronato del Misteri las voces infantiles que van a intervenir ese año. 

"Yo participé en la Prova de Veus", dice José Manuel Guinot, "cuatro años, de mis nueve a mis doce: en 1989 como María Mayor, después como Ángel, el tercero como contralto de Araceli y el cuarto, como contralto de la Coronación". 

"Hasta 2002", prosigue Guinot, "únicamente intervenían los solistas. Desde entonces se presenta también la parte coral monofónica: el cortejo de ocho niños.

Para que participe el mayor número posible de escolanos, refrendando así su trabajo, figuran dos Marías Mayores con su respectivo cortejo de ocho niños cada una. Así, en la Prova de Veus se ha pasado de seis niños solistas a siete solistas y 16 de coro".

Tal es la envergadura y complejidad del papel de los más pequeños en la Festa, cuya preparación de técnica vocal y repertorio está, al igual que la de los cantores de la Capella, en manos de José Manuel. Un maravilloso San Juan y un tenor lírico ligero espectacular en diversas óperas del Teatre del Liceu barcelonés.

En la Prova, los chiquillos están sentados muy formalitos en los primeros bancos, preparados para ir subiendo al estrado a cantar. El público abarrota el salón.

En la fotografía figuran los cuatro componentes del Araceli: delante, Javier Román y Ginés García y detrás, Antonio y Luis Antón.

Con ellos he compartido a lo largo de los años muchas emociones en nuestra Festa.

María Ángeles Sánchez





LA PROVA DE L'ÀNGEL

AUTORA: MARÍA ÁNGELES SÁNCHEZ 

"La Prova de l’Àngel – VisitElche" https://www.visitelche.com/la-prova-de-langel/







PROVA DE L'ÀNGEL. MISTERI D'ELX, 1991.

Es la fiesta de los niños, en una celebración teóricamente no muy adecuada para ellos, pero que en la práctica se revela hipnotizadora.

En la Prova de l'Àngel (la Prueba del Ángel), que se lleva a cabo en la tarde del 10 de agosto, lo que se dilucida es la capacidad de los escolanos para subirse en alguno de los tres aparatos aéreos que descienden y ascienden desde el cielo hasta el cadafal (25 metros) durante el Misteri.

Tanto en la Mangrana como en el Araceli y en la Coronación, intervienen niños.

En el caso de la Mangrana, es un pequeño que va solo dentro de una granada, cuyos ochos gajos se abren. Suspendido en las alturas, recibiendo todo el vaho de la humanidad que abarrota el templo en pleno mes de agosto, tiene que ponerse a cantar. Y se pone. ¡Vaya si se pone!

Después vendrá el Araceli y, por último, la Coronación. 

Mientras todo eso sucede, la basílica está llena de niños y de niñas. Algunos se mueven, juegan, hablan, se duermen; pero otros permanecen totalmente absortos en la contemplación del prodigio.

Esta forma relajada y familiar de introducirse en la Festa es, sin duda, la mejor.

Pero si meritoria es la actitud de los pequeños espectadores, qué decir de los niños que representan los papeles infantiles (entre ellos, los dos solistas principales: la Maria y el ángel), cantando en esas difíciles condiciones de una manera extraordinaria y, casi se diría, celestial.

María Ángeles Sánchez






EL MISTERI DESDE EL CADAFAL 










LA VESPRA. MISTERI D'ELX. 1996.

Siempre he pensado que si, por un azar del destino o de la justicia poética, existen ángeles en eso que hemos dado en llamar "cielo", se deben parecer mucho a este elegante y profundamente ensimismado ángel del Araceli, que esta tarde, en la Vespra, recogerá el alma de la Virgen.

Antonio Antón Latour me regaló en 1996 una de mis fotografías preferidas de la Festa.

Por si todavía alguien duda de la honda elegancia que encierran muchas de nuestras tradiciones festivas. 

Maria Ángeles Sánchez







DIA DE LA MARE DE DÉU. MISTERI D'ELX. 15 DE AGOSTO.

"Xé, xiqueta, ¿vas a venir allá abajo con nosotros, a hacer fotos?".

Era la pregunta mágica, que me llenaba de alegría y me producía un sentimiento de pertenencia a la cuadrilla de la tramoya baja de la Festa. 

Por eso le tengo tanto cariño a esta fotografía de mediados de los noventa, en la que estoy junto a Manuel Ramos (padre de Manuel Ramos Aznar, entonces Mestre de Capella), Modesto Blasco hijo, Gaspar Jaén (responsable de tramoyas en el Patronato del Misteri), Modesto Blasco, Juan Ortiz y Paco Aznar.

"Allá abajo" es el cadafal, escenario donde trabajan sacrificadamente (tienen que permanecer siempre agachados) diez hombres, no sólo en su montaje (y en el del andador y las tribunas), sino como parte fundamental de las representaciones (así como de la Roà, la procesión del Entierro y las Salves). Junto a ellos, en determinados momentos, tres camareras de la Virgen.

El ambiente es de concentración, de estrechez, de sofocante calor; pero, al mismo tiempo, tiene un poso de emoción y de magia que siempre me ha fascinado.

Esa emoción alcanza su punto culminante esta tarde cuando, mientras coronan a la Virgen en el cielo y todo el mundo está aplaudiendo, vitoreando y viviendo el momento de gloria, los hombres de la tramoya baja y las tres camareras de la Virgen se arrodillan para rezar un Padrenuestro, envueltos en el oripell que cae del cielo. Justa recompensa para esa parte del Misteri que no se ve, pero sin la cual nada sería posible.

En ese Padrenuestro está la memoria de las personas a las que quieren, sobre todo las ausentes.

Como Modesto Blasco, el Mato, jefe de la cuadrilla (como ahora su hijo), quien en 2008, siendo Caballero Electo y saltándose el protocolo, se arrodilló en el andador: "Me vais a perdonar, pero mi gente está rezando ahí abajo", dijo a sus compañeros de tripleta.

Y quien, con legítimo orgullo, me decía: "Si no estoy yo, no se mueve la Virgen".

Y eso, en Elche, es mucho. Todo.

María Ángeles Sánchez