FESTA MAJOR
Se despide agosto. Y con él, muchas de las Festes Majors de Catalunya.
Pude fotografiar a los diables de L' Arboç (Tarragona) en 1995. Se celebraba en Vilafranca del Penedès (Barcelona) la I Mostra de Balls de Diables Centenaris i amb Parlaments.
"Vols una bona fotografia? La tindràs!", me dijeron.
Nunca supe si esto era una advertencia, un favor o una faena. Prefiero quedarme con lo mejor.
Los diablos estaban envueltos en fuego y yo permanecía en cuclillas, pegada a su círculo ígneo, pero fuera. Hasta que uno de ellos me dio un empujón y me metió dentro, colocándome en el epicentro del estallido: "Tindràs la fotografia!".
Ellos iban debidamente protegidos, claro; yo, no.
Por suerte, no me pasó nada, salvo una pequeña quemadura en el brazo izquierdo, cuya huella permanece.
Y, por suerte también, tuve la sangre fría de seguir disparando mi Nikon. Y, efectivamente, creo que de ese percance nació una buena fotografía, tal y como me auguraba el diablo.
Son los avatares festivos de cincuenta años que, por fortuna, han dejado muy pocas huellas en mi cuerpo. E infinitas huellas en mi alma.
María Ángeles Sánchez
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