CARMEN LAFORET
Reconozco que tengo algunos mitos. Pocos. Pero muy intensos.
Mis mitos no tienen nada que ver con ninguna suerte de extraña perfección. Son mitos así, en bloque. Con lo que podríamos considerar (si vale de algo esa distinción) sus defectos y sus virtudes.
Se trata de algo mucho más profundo. De una aceptación universal (que sueño con que en algún momento hubiera podido ser mutua) y de un lugar de privilegio en mi corazón.
Entre esos escasos mitos, el más vivo y cercano es Carmen Laforet.
La vida me hizo el regalo de la amistad de su hija, Cristina Cerezales Laforet y de su esposo, Toni Custodio. Regalo propiciado por otros dos maravillosos amigos: Delia Ocampo y Andrés Máspero.
Con Cristina he tenido el privilegio de sostener entre mis manos, de leer en su propia escritura, algunos originales de su madre, a quien podía sentir muy presente entre nosotras y sus papeles. Emoción, respeto y devoción creo que serían las palabras más adecuadas.
Carmen Laforet cumple mañana cien años.
No se me ocurre ninguna otra escritora cuya presencia esté más viva. Y resulte más cercana.
María Ángeles Sánchez
#carmenlaforet
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