domingo, 8 de enero de 2023

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MOROS Y CRISTIANOS. VALVERDE DE JÚCAR (CUENCA), 1983.


Son los moros y cristianos más madrugadores. Después vendrán cientos de celebraciones con el mismo nombre, de un punto a otro de España, peninsular e insular.


En Valverde de Júcar, entre la Sierra y La Mancha, se celebran del 5 al 10 de enero, recitando los respectivos generales los tradicionales Dichos, antiquísimas composiciones transmitidas de generación en generación. 


El día más importante, dedicado al Santo Niño, es el 8.


También hay, como no podía ser de otra forma, desfiles, alardes, guerrillas, correr de banderas y descargas de trabucos de decoración barroca, en las que resulta imprescindible el uso de algún tipo de protección para los oídos, ya que el ruido es infernal.


El día del Santo Niño se lleva a cabo un parlamento entre los generales de ambos bandos (los Dichos), en el que se disputan la posesión de la imagen del patrono, coronada de turbante o de sombrero, según se encuentre en unas u otras manos.


Los argumentos son enconados: “Sea, pues y guerra a muerte”, dice el moro en el primer enfrentamiento; a lo que responde el cristiano: “Guerra a muerte sin cuartel”.


El final, emotivo, se produce en la plaza Mayor y termina con un hermoso credo en el que el general moro y toda su tropa abrazan la religión cristiana, postrándose ante la imagen del Santo Niño y actuando el general cristiano como padrino del bautismo.


Aquí, el alarde de pólvora, con descarga general, es inenarrable.


La ubicación geográfica de Valverde de Júcar, en el camino de la Meseta a Valencia, así como sus muy antiguas relaciones con los pueblos del Mediterráneo, pueden no ser ajenas al nacimiento de una fiesta cuyos primeros datos escritos son anteriores a 1750.


María Ángeles Sánchez

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