miércoles, 30 de noviembre de 2022

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VIRGEN DE LOS PEGOTES. NAVA DEL REY (VALLADOLID), 1982.


La bajan el 30 de noviembre y la vuelven a subir el 8 de diciembre, después de celebrada su fiesta y rezado el correspondiente novenario.


Lo vienen haciendo los hombres y mujeres de Nava del Rey (Valladolid) desde 1745, cuando la Inmaculada Concepción fue nombrada patrona.


La ermita del Pico Zarzero, que alberga la imagen de la Virgen de los Pegotes, dista un kilómetro de la localidad, donde la aguarda la iglesia parroquial de los Santos Juanes.


Ese primer año de 1745 llovió torrencialmente y tuvieron que esperar hasta la noche para el traslado, alumbrándose con hogueras de pino (en torno a un centenar en la actualidad) y pegotes (antorchas). 


Así nació la tradición y así se sigue cumpliendo, cuando el carruaje coronado y cerrado (el carro de la Virgen), donado en 1893 por la familia Pino Rodríguez y en el que viaja la imagen, se desplaza tirado por cuatro mulas, conducidas por sus muleros con pañuelos a la cabeza, entre el fuego y los vítores de sus devotos a la Rosa de Jericó, la Pura y sin Mancha y la Estrella de la Mañana.


Las castañas asadas, el ponche y el vino rancio (estamos en la Tierra del Vino) completan el ritual. 


María Ángeles Sánchez

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